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Pilares del ascenso espiritual hacia Dios…

Les comparto que desde cuando era niño mi vida ha estado relacionada con la cultura cristiana y el catolicismo, crecí en un pequeño pueblo del sur de Bolívar llamado Palomino y siendo niño pertenecí a la Infancia Misionera o niños de acorde, fui monaguillo, líder juvenil y llegué a estar en el seminario mayor preparándome para vivir como sacerdote. Después de mi retiro del seminario he colaborado como agente de pastoral social, predicador, director de grupos juveniles, conferencista de crecimiento espiritual, líder de grupo de oración, director de retiros espirituales y otras actividades pastorales. Desde siempre he sentido en el interior el anhelo genuino de apoyar a otros en su crecimiento humano y espiritual desempeñándome profesionalmente como educador en el campo del pensamiento filosófico, ético y religioso. Por esta razón y otras que guardo en el corazón, deseo con humildad hacerles una propuesta de ascenso en la vida espiritual que todos estamos en la capacidad y hoy en la necesidad de experimentar para darle cabida a una existencia plena que construya un mejor país, la cultura y el mundo. En esta oportunidad el escrito está orientado a brindarte 5 pilares que puedes interiorizar para ascender a una vida espiritual plena y que si nos detenemos con atento cuidado las podemos identificar en las experiencias, palabras y gestos de Jesús el maestro de galilea, el Señor, el Cristo.

Comencemos…

1. Pilar Bautismal…

Normalmente la cultura religiosa, determina que este sacramento es la puerta de entrada a una vida en Cristo, pero no su culmen. Sin embargo, con este símbolo se enseña que ya perteneces a una comunidad, grupo o religión determinada, la compañía de los padres, las vestiduras, la unción con aceite y la presencia del sacerdote reflejan la comunión con lo sagrado. Este es el estadio de vida que no solo te permite PERTENECER, sino que te proporciona una identidad cultural vinculándote a un número de creencias, ritos, cultos, verdades, dogmas y aspiraciones. Este rito sacramental que se caracteriza por el componente natural del agua tiene sus significados y sentidos que nos hacen aceptar el liderazgo religioso de una autoridad y nos invitan esforzarnos en observar, cumplir y respetar.En esta realidad pienso se encuentra la gran mayoría de las personas que entran o hacen parte de los grupos religiosos que están deseosos de una vida espiritual. Generalmente, es una vida guiada, masiva en ocasiones impersonal, caracterizada por el poco compromiso interior, pero si por las divisiones internas y externas de la realidad, el juicio moral constante y la separación de unos y otros, pecadores y santos, buenos y malos, etc. En esta experiencia “espiritual” se promueve la ética como culmen de la vida en Cristo, cumple esto y vivirás…no hagas aquello…repite esto y no lo olvides o sino. El hacer con disciplina porque así debe ser es la máxima de esta vida.

2. Pilar de la conversión…

La anterior vida cansa, desgasta, no nos funciona siempre porque está basada en obedecer ciegamente más que en ser auténticos y debido a ello renunciamos totalmente; otras veces nace un inconformismo positivo y buscamos ayuda, una nueva experiencia y motivación. Aquí sucede por lo general el cambio de creencias que lleva a las personas al mismo ciclo, pero en otro lugar. Sin embargo, el dispositivo natural de plenitud se activa correctamente mediante este estado de rebeldía y surge la necesidad interior de la vida de conversión que es provocada por agentes externos o necesidad de insatisfacción interna. En este nuevo estadio de ascenso espiritual, nos damos cuenta de que vivíamos inconscientemente de ritos cultuales y doctrinas sin sangre porque no trasmiten vida; en este momento nos vemos a nosotros mismos y sabemos que estábamos caminando de forma ciega y deseamos algo más genuino. De esta forma la conversión significa una TRANSFORMACIÓN INTERIOR provocada por ese dispositivo interno y la necesidad de autenticidad. Significa atravesar por el ojo de la aguja.

En este estilo de vida ocurre una lucha interna entre la disciplina que habíamos experimentado en la fase anterior de ser “buenos” y de verdad vivir conforme a los principios que estamos descubriendo de la vida espiritual. En este estadio los ritos pueden adquirir un nuevo significado y sentido. Aquí ya existe algo maravilloso que es una experiencia, una vivencia que ha provocado ese resultado que solemos llamarlo testimonio de vida, pero no es el culmen de la vida espiritual. Pienso que una sociedad en este estilo de vida puede dar nuevos frutos, porque el anterior estadio de vida masifica y despersonaliza la espiritualidad. Por esta razón, aún es insuficiente este estilo de vida de conversión y necesitamos avanzar, aunque no somos ya imitadores inconscientes, seguimos luchando con la antigua vida y dejamos de hacer el bien que queremos como lo afirma el apóstol.

3. Pilar del discipulado…

Este nuevo estilo de vida resulta de una nueva disposición de la cual se da cuenta quien ya ha experimentado la conversión. En esta fase de crecimiento se necesita del Maestro, requiere de una nueva instrucción, nuevas palabras que refresquen y den orientación a la vida, una fuente que despeje las dudas, alguien que le despierte la sed de agua viva. Quien se hace discípulo no sabe, ya no recita de memoria creencias, doctrinas y rituales vacíos, se sienta y aprende a desarrollar la habilidad de escuchar, de hacer silencio, de olvidar todo lo que creía saber y experimentar, vaciarse, porque no se puede echar vino nuevo en odres viejos.

Esta nueva fase se caracteriza por el SEGUIMIENTO voluntario y autónomo. El discípulo que reconoce la autoridad del Maestro aprende a obedecer, pero no desde la imposición del castigo, sino desde la auténtica pedagogía del amor. En este momento las personas están dispuestas a perder su voluntad, a renunciar a todo ese falso creyente que había sido configurado con la tradición ciega y dormida para dejarse iluminar por la luz del Maestro.La vida del discípulo es de constante aprendizaje, escucha, silencio, preguntas y respuestas y práctica consciente.La vida anterior de conversión fue provocada por una experiencia no por un concepto. Ahora, este nuevo horizonte se caracteriza por constante experiencia al lado del Maestro, de su guía, de sus palabras, sus parábolas, sin prisa, sin desear recompensa solo aprendiendo, llenándose para vivir más pleno. Este estilo de vida sin lugar a duda modifica y transforma a las personas, la cultura, la sociedad el país, el mundo. El maestro lo sabía por eso los envío a ir a todas las naciones. Es decir, sólo quien es discípulo puede comunicar, no unos conceptos, sino una experiencia, un haber estado cerca escuchando. La misión no inicia con la conversión, sino con la consciencia de habernos hecho discípulos.La misión por ende no debe ser únicamente una cuestión de preparación dogmática y conceptual, sino sobre todo una experiencia espiritual de silencio, escucha y cercanía con el Maestro.

4. Pilar de la amistad…

Este nuevo estilo de vida es maravilloso. En primer lugar, tu descontento interior te lleva a una conversión en donde te transformar internamente y dejas de seguir preceptos y rutinas que no sentías verdaderamente; luego te dispones a estar cerca del Maestro para recibir de él porque reconoces que necesitas crecimiento y debes entender lo que ha sucedido en tu interior y como potencializarlo, ahora llegas a un momento de establecer amistad, un vínculo más fuerte, una relación.

En este estilo de vida llegas a ser como tu maestro, beberás de la misma copa, los dos tienen la misma fuente, se experimenta el compartir de la vida misma, se desvelan poco a poco los secretos del corazón, crece la intimidad, la confianza nace como certeza de saberse en el lugar y la persona correcta. La amistad conduce al COMPARTIR – LA ORACIÓN ES EL MEDIO.En este estadio de vida se esta dispuesto a morir, la entrega es generosidad y amor, el sacrificio por el otro es auténtico y no fingido, no cuesta, no es disciplina, no es concepto es caridad sin falta. Hacernos amigos de Cristo, ya no queremos imitarlo como discípulo porque Él, nos ayuda encontrarnos tal y como somos y con lo que somos obra maravillas. Imitar a su Maestro es menester del discípulo, pero ahora entre amigos se comparte. Por esta razón, llega el día en que Jesús quiere que no seas más discípulo sino su amigo y que compartas con el su propósito, que vivas tu propio propósito, y Él te ofrecerá su ayuda, no te imparte una lección como si fueras su discípulo, sino que te ofrece un consejo porque eres su amigo.Nuestro propósito constante es fortalecer nuestra amistad con Dios. En el paraíso con Adán y Eva no se perdió una religión, sino que se rompió una relación.Relación restablecida en Cristo Jesús, el Señor. Ahora debemos vivir el ascenso espiritual de hacernos amigos de Dios como lo han expresado algunos santos de la Iglesia.

5. Pilar de hijos de Dios…

Hemos llegado al culmen de una vida espiritual auténtica y a la cual debemos aspirar para alcanzar esa plenitud que añoramos en nuestro interior. Convertirnos en hijos/ascender a este estilo de vida es la gran propuesta de Jesús. Alcanzarla desvanece las preocupaciones de la muerte, la infelicidad, los temores del pasado y el futuro, la violencia, el pecado, la condenación y todas esas cosas con la cual hemos sido lleno cuando vivimos desde una perspectiva de vida bautismal en el sentido expresado al comienzo. Este no es un camino de doctrina y conceptos bien formulados, sino una experiencia personal que tiene efectos en la comunidad.

El hijo es conducido por el Espíritu Santo, puede experimentarlo cerca y OBEDECER LA VOLUNTAD DEL PADRE. Vive desde la unidad y la comunión, no hay separación, no hay sino presencia-presente.Este viaje espiritual es hacia dentro para descubrir esa luz que una vez encendida ilumina todo el cuerpo y quienes pueden verla porque se encuentran en oscuridad, son conducidos al Padre. El hijo agrada al Padre, obedece al Padre, conoce al Padre, sabe que todo lo de él es también suyo, el hijo cuida su relación con el Padre, el hijo ama al Padre, el hijo comulga con los pensamientos del Padre, se deleita en sus juicios. La INTIMIDAD es una gracia que experimenta el hijo y su Padre se regocija en él. Nuestra mayor aspiración espiritual es hacernos hijos y esto está por encima de toda confesión, no es únicamente religión sino experiencia, relación, unidad, comunión. Permanecer en mí, dijo el Maestro… porque sin mí nada podéis…he orado para que sean uno…. El rito del bautismo nos da la gracia, pero es nuestra responsabilidad hacer de esa gracia el poder y la fuerza para ascender en este camino y recorrerlo hasta hacernos hijos.

¿QUÉ ESTILO DE VIDA ESTAS EXPERIMENTANDO AHORA?

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