Hemos aceptado de forma consciente e inconsciente el hecho de que los seres humanos somos producto de una evolución y los rastros antropológicos que lo confirman con sus teorías están diseminados por doquier. Sin embargo, el ser humano está llamado a examinar que toda esa fuerza de evolución de millones de años, también debe ocurrir en el interior de sí mismo. Entusiasmarnos con todo lo que nos desplegamos fuera de nosotros, también debe ocurrir dentro. En este sentido, hoy les propongo la reflexión de tres momentos de evolución si nos fijamos la forma como trabajamos y destacamos en el que hemos construido con la mente. La cultura ha necesitado de los diferentes oficios para mantenerse en una etapa de subsistencia, labores en orden a sus necesidades primarias y necesarias, otras que son primarias no necesarias y finalmente las que no son ni primarias, ni necesarias. El hombre también diseñó posteriormente los trabajos remunerados para reemplazar los oficios de los esclavos y a este campo lo profesionalizó y alimenta continuamente con un sistema educativo bancario. De esta forma, lo disfrazó de oportunidad, medio de progreso de las naciones y dignidad del hombre mismo –Homo Faber. En este sistema de vida profesional opera el 80% de la población mundial. Luego están los que viven conforme a su interés que trasciende los límites del -yo- y que se instala en las necesidades de los -otros. Aquí los límites de las fronteras se ensanchan y alcanzan un vínculo que no está mediatizado por la educación formal exclusivamente y tampoco por una transacción económica. Este nuevo estilo de vida se caracteriza por un estado de conciencia que sale de sus límites de interés personal y familiar, para aliviar las necesidades que el mismo sistema ha creado con la mente directa e indirectamente. Estos son los que viven conforme a una misión de vida. Finalmente, existe un tercer estilo de vida que se caracteriza por una forma de servicio que no está definido por los otros y sus necesidades, sino por un amor que trasciende toda clase de estereotipos creados por la mente que los incluye a todos. Su fuente de acción no es la mente o la conciencia, sino la fuerza del espíritu lo cual le permite trascender en el tiempo y el espacio, no es el resultado de una búsqueda plausible de bienestar individual o la solución de las dificultades de quienes se encuentran en estado de desamparo, sino que está determinado por elpropósito, algo que no es dado para nosotros, sino que sucede a través de nosotros y lo gobierna una fuerza interior inagotable que como voluntad libre se expresa creativamente en infinitas posibilidades de realización material. Jesús de Nazareth, repite en varias ocasiones según nos narra el evangelio de Juan, “he venido a cumplir la voluntad del Padre… mi Padre y yo somos uno… cumplo con los deseos de quien me ha enviado…” Estas palabras expresan la plena consciencia acerca de quién es y su propósito que de acuerdo a los evangelios toma creativamente distintas formas de manifestación. Jesús, es posible que aprendiera la profesión de carpintero como su padre José, pero su interés expresado en Lucas 4, 16 ss; enunciaba su misión de vida, sanar los enfermos, devolver la vista a los ciegos, liberar a los cautivos, etc. Pero su vida es claramente una obediencia a la voluntad del Padre que está en los cielos. (Jn. 4,34; 5, 19-30). Vivir conforme al propósito no está ligado a una construcción de la mente, sino a un discernimiento del espíritu que puede ver con nuevos ojos y contemplar la Verdad. El único resultado al que aspira es cumplir la voluntad de quien ha colocado ese impulso en su corazón, por lo tanto, es irreverente y opera fuera de los límites del mundo creado por el mismo hombre. Para reconocer este proceder se debe estar despierto o despertar, de lo contrario, resulta una forma de vivir incómoda para quienes tienen ojos y no pueden ver. Pedro era deprofesión pescador, perosu misión de vida consistía en comunicar la buena nueva con su discipulado; perosu propósito fue liderar la primera comunidad de creyentes comenzando por los suyos. En conclusión, este mensaje es una invitación especial para descubrir que estilo de vida estás experimentando en este momento. Cada forma de contemplar la existencia misma trae consigo responsabilidades y compromisos, cada una de ellas trasciende en las vidas de otros de forma distinta y única, cada una de ellas valora el tiempo y las circunstancias desde su propia óptica y tiene su fuerza desde la lógica de la mente, la consciencia o el espíritu.